Para Personas con Enfermedad Mental Grave, Salir de Casa Puede Ser Bueno para el Cerebro
Un estudio financiado por el Instituto Nacional De Investigación sobre la Discapacidad, Vida Independiente, y Rehabilitación (NIDILRR, por sus siglas en inglés).
La neurocognición implica el procesamiento de la información, capacidad de concentrarse, el acceso a/uso de la memoria, y el aprendizaje, y desempeña una función integral en la salud y bienestar de personas con enfermedad mental grave, como los trastornos del estado de ánimo y esquizofrenia. La investigación ha mostrado que los déficits en la neurocognición están estrechamente asociados con la gravedad de las enfermedades mentales graves.
El enriquecimiento ambiental (ENR, por sus siglas en inglés) ha mostrado promesa para mejorar la cognición en personas sin discapacidades. El ENR implica la inmersión en el ámbito complejo con una variedad de interacciones sensoriales y sociales, donde es probable que una persona se encuentre con un entorno o situación a la que nunca antes ha estado expuesta. A esto se le llama novedad medioambiental. Si bien los estudios de laboratorio han mostrado resultados prometedores en personas sin discapacidades, ninguna investigación previa ha examinado la novedad ambiental en adultos con enfermedad mental grave. En un reciente estudio financiado por NIDILRR, los investigadores analizaron cómo la novedad ambiental podría estar relacionada con la neurocognición en los adultos con enfermedad mental grave. Los investigadores querían comprender la relación entre la novedad ambiental y neurocognición, y si puede verse afectada por la cantidad de lugares diferentes que alguien puede visitar fuera del hogar, y la variedad de su participación en las actividades comunitarias.
Los investigadores del proyecto sobre La Identificación de Entornos Propicios que Afectan a los Adultos con Discapacidades Psiquiátricas (en inglés) analizaron los datos de movilidad comunitaria de 97 participantes de 4 centros comunitarios de salud mental (CCSM) del área de Filadelfia. Los participantes tenían entre 18 y 65 años de edad y tenían un diagnóstico de depresión mayor, episodio maníaco, trastorno psicótico, o trastorno del estado de ánimo con características psicóticas. Todos habían vivido en una residencia estable durante al menos seis meses sin planes de mudares y podían salir y regresar a casa libremente sin restricciones. También estaban recibiendo manejo de caso o servicios ambulatorios en un CCSM en el momento del estudio.
El estudio incluyó una entrevista inicial, un período de seguimiento, y una entrevista de seguimiento. Durante la primera entrevista, los investigadores midieron la neurocognición, participación comunitaria, y movilidad comunitaria de cada participante. Específicamente, los participantes respondieron a preguntas sobre su memoria verbal, memoria de trabajo, velocidad motora, fluidez verbal, funcionamiento ejecutivo, y la velocidad de atención/procesamiento. Para medir la participación comunitaria, los participantes respondieron a preguntas sobre la cantidad de días en los 30 días anteriores que habían participado en 26 actividades comunitarias diferentes y qué tan importantes eran esas actividades para ellos. Los participantes también recibieron teléfonos móviles con GPS durante la primera entrevista.
Durante el período de seguimiento, los participantes fueron rastreados durante 13 días completos utilizando el GPS. El software de rastreo GPS registró datos de ubicación en incrementos de 1 minuto, recolectando hasta 18,720 puntos de datos por participante. Para cada participante, los investigadores rastrearon el número total de destinos únicos y el porcentaje de tiempo pasado fuera del hogar. Con estos datos, los investigadores determinaron qué participantes nunca salieron de sus hogares en más del 50% de los días (personas hogareñas) y cuáles salieron de su hogar al menos una vez el 50% o más días (aventureros).
Después del período de seguimiento, los participantes completaron una segunda entrevista cara a cara en la que respondieron las mismas preguntas sobre sus capacidades neurocognitivas y su participación comunitaria durante los 30 días anteriores. Esta entrevista tuvo lugar entre 18 y 20 días después de la primera entrevista. En esta etapa, también devolvieron los teléfonos celulares.
Los investigadores encontraron que, entre los 97 participantes, 23 podrían calificarse como hogareños y 74 podrían clasificarse como aventureros. Al comparar los datos entre los hogareños y aventureros, los investigadores encontraron lo siguiente:
- Los aventureros visitaron más destinos únicos que los hogareños.
- Los aventureros tuvieron una mayor variedad de experiencias de participación comunitaria que los hogareños.
- Los aventureros tenían puntuaciones de neurocognición significativamente más altas en comparación con los hogareños.
Aunque los aventureros tuvieron puntuaciones de neurocognición más altas que los hogareños, los investigadores encontraron que, entre los aventureros, visitar más lugares o una mayor variedad de experiencias de participación no resultó en puntajes de neurocognición más altos.
Los autores señalaron que, en este estudio, los participantes que pasaban la mayor parte del tiempo en casa tenían puntuaciones de neurocognición más bajas en comparación con aquellos que participaban con más frecuencia en actividades comunitarias fuera del hogar. La investigación en otras comunidades, como las personas que experimentan pérdida auditiva, ha demostrado una conexión entre la pérdida de compromiso con el medio ambiente y el deterioro cognitivo. Sin embargo, los autores también notaron que las personas que están experimentando dificultades cognitivas pueden optar por limitar su actividad fuera del hogar. Las investigaciones futuras con un grupo más grande de participantes o durante un período de tiempo más largo pueden ayudar a determinar cómo la participación fuera del hogar afecta la función cognitiva de las personas con enfermedades mentales graves.
Según los autores, los resultados de este estudio pueden indicar que pasar más tiempo lejos de su entorno familiar podría mejorar la neurocognición en personas con enfermedades mentales graves. Si ese fuera el caso, los proveedores de salud mental pueden recomendar programas o actividades en la comunidad que brindan una variedad de experiencias, junto con apoyos para hacer posible la participación. La investigación futura podría investigar si la remediación cognitiva en combinación con programas como el enriquecimiento ambiental ayudan a las personas con enfermedad mental grave a mejorar sus capacidades cognitivas.
Para Obtener Más Información
El Centro de Investigación de Rehabilitación y Capacitación sobre la Vida Comunitaria y Participación de Personas con Enfermedad Mental Grave (en inglés) tiene una gran colección de guías, gráficos, calendarios, y otros instrumentos para fomentar una mayor actividad y participación comunitaria de personas con enfermedad mental grave y sus familias.
El Centro para la Atención Médica Integrada y la Recuperación Autodirigida (en inglés) tiene un conjunto de instrumentos para ayudar a las personas con enfermedad mental grave a manejar su salud y bienestar en general, incluyendo guías y recursos para participar en actividades comunitarias significativas.
Para Obtener Más Información Sobre Este Estudio
McCormick, B.P, Brusilovskiy, E., Snethen, G., Klein, L., Townley, G., y Salzer, M.S. (2021, 1 de abril). Salir del Hogar: La Relación de Incursionar en la Comunidad y Neurocognición Entre los Adultos con Enfermedad Mental Grave (en inglés). Revista de Rehabilitación Psiquiátrica. Este artículo está disponible en la Colección de NARIC con el Número de Acceso J86197 y sólo está disponible en inglés.